
El ex secretario de Cristina Kirchner relató ante la Justicia cómo se trasladaba el dinero hacia la Patagonia. Su testimonio, registrado antes de su crimen en 2020, no será incorporado al debate oral.

La muerte violenta de Fabián Gutiérrez, ocurrida en julio de 2020 en El Calafate, reactivó entonces una ola de sospechas y teorías conspirativas en plena pandemia. Su cuerpo, hallado semienterrado y con signos de tortura en una vivienda del barrio Aeropuerto Viejo, volvió a colocar su nombre en el centro de una causa que ya lo tenía señalado: la investigación de los cuadernos de las coimas.
Por su rol como ex secretario de Cristina Fernández de Kirchner y por la información que había aportado como arrepentido, muchos se preguntaron si su asesinato estaba vinculado con lo que sabía. Con el paso del tiempo, esa hipótesis cayó por tierra, pero su declaración permanece como uno de los relatos más delicados del expediente.
En 2019, antes de su muerte, el ladero de la expresidenta había sido enviado a juicio por el fallecido juez Claudio Bonadio, acusado de colaborar en el presunto circuito de recaudación ilegal que habría manejado la cúpula kirchnerista.
La Oficina Anticorrupción incluso pidió imputarlo como integrante de una asociación ilícita. Aunque la investigación avanzaba, su muerte extinguió su responsabilidad penal y dejó su confesión fuera de los debates orales que ahora se desarrollan en Comodoro Py.


En su declaración del 28 de septiembre de 2018, según publicó Infobae, Gutiérrez describió una dinámica que repetía comportamientos y nombres: vuelos al sur, valijas cerradas con candado, traslados discretos y reuniones en las que participaban siempre las mismas personas.
Uno de los protagonistas recurrentes en su relato es Héctor Daniel Muñoz, histórico secretario de Néstor Kirchner y uno de los hombres de mayor confianza del matrimonio presidencial.
Según Gutiérrez, Muñoz tenía control absoluto sobre las valijas que viajaban en los aviones con rumbo a Santa Cruz. “Era el único que las tocaba”, declaró. Aseguró que esas valijas se ubicaban en la parte trasera del avión y que, una vez que los Kirchner llegaban a destino, las reuniones en su casa continuaban con la presencia del propio ladero del expresidente, quien ordenaba que todos se retiraran por un tiempo.
Aunque dijo no haber visto nunca el contenido de esos equipajes, afirmó que en los pasillos del poder “se comentaba” de qué se trataba.
Daniel Muñoz, exsecretario de Néstor Kirchner.
La confesión también incluyó referencias al ex secretario de Obras Públicas José López, otro de los arrepentidos de la causa. El exfuncionario no solo vinculó a Gutiérrez con el origen de los bolsos que terminó arrojando en el convento de General Rodríguez en 2016, sino que relató un encuentro previo entre ambos en el hotel NH City, en pleno centro porteño.
Según su versión, el exsecretario de CFK le pidió ayuda para “cambiar de lugar un dinero” cuyo monto desconocía, aunque suponía elevado. Días después, tres enviados de Gutiérrez le entregaron los bolsos que más tarde serían secuestrados por la Justicia.
López también mencionó a otros nombres habituales en la estructura kirchnerista, como Ricardo Jaime y Julio De Vido. En su relato, la escena se repetía: reuniones privadas, bolsos, mochilas y la presencia permanente de Muñoz, quien se retiraba con lo que llevaran los funcionarios tras cada encuentro.
La reconstrucción de ambos arrepentidos coincidió en la centralidad que tenía el exsecretario privado de Néstor Kirchner en el manejo físico del dinero.
Aunque la Justicia determinó que el crimen de Gutiérrez no tuvo vínculos políticos —tres jóvenes fueron condenados a prisión perpetua en 2024 por homicidio con fines de robo—, su declaración quedó como uno de los testimonios más sensibles del expediente Cuadernos.
Paradójicamente, esa confesión no formará parte del juicio oral debido a su fallecimiento, pero continúa mencionada en múltiples informes internos y análisis de los investigadores.
Un dato adicional que apareció en los expedientes fue la información sobre sus teléfonos. Cuando López fue detenido, llevaba consigo un iPhone con contactos de la cúpula política kirchnerista, incluidos Muñoz y el propio Gutiérrez.
Y cuando la Policía Federal allanó la vivienda del hombre, también se secuestró su teléfono, aunque los peritos solo pudieron extraer los datos de la tarjeta SIM: el contenido del dispositivo nunca pudo recuperarse.

