La familia real de Países Bajos arribó el viernes al aeropuerto Teniente Luis Candelaria en un vuelo privado procedente de El Calafate y rápidamente se trasladó a la estancia Pilpilcurá.

Máxima Zorreguieta llegó en las últimas horas a la ciudad de Bariloche junto a su esposo, el rey Guillermo, y sus hijas, Catalina, Alexia y Ariane de Orange, para instalarse en la estancia familiar Pilpilcurá, donde pasarán las fiestas de Año Nuevo.
La reina de Países Bajos, de origen argentino, arribó al aeropuerto Teniente Luis Candelaria en un vuelo privado procedente de El Calafate y rápidamente se trasladó a su propiedad, a unos 75 kilómetros de Bariloche, en medio de un fuerte operativo de seguridad.

La presencia de Máxima en esta ciudad es habitual, ya que todos los años se instala para pasar las fiestas y disfrutar de algunos días de vacaciones, sin pasar desapercibida para los vecinos de la zona y eventuales turistas.
Trascendió que la monarca se reencontró en la estancia con su madre, María del Carmen Cerruti, quien esperaba allí al resto de la familia.

La estancia Pilpilcurá está emplazada en un terreno de 3.000 hectáreas, que integra el modelo típico de las residencias turísticas patagónicas con servicios de alto nivel.
El complejo hotelero, que tiene solo cinco habitaciones boutique, alberga actividades como pesca con mosca, cabalgatas, excursiones de trekking y visitas a cuevas con pinturas rupestres. Además, alberga ganado Hereford y tiene una huerta propia.
El restaurante ofrece una propuesta en donde se destacan desayunos elaborados con repostería artesanal y almuerzos basados en ingredientes frescos de la región, lo que refuerza el lazo de la propiedad con la cultura y los productos locales.



