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El juez Kirchnerista Ramos Padilla rechazó el pedido de La Libertad Avanza para que Santilli encabece la lista en la provincia de Buenos Aires

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El juez federal con competencia electoral en la provincia de Buenos Aires, Alejo Ramos Padilla, volvió a dictar una resolución que beneficia al kirchnerismo y perjudica al oficialismo libertario. En esta ocasión, rechazó el pedido para que Diego Santilli encabece la lista de La Libertad Avanza (LLA), en reemplazo de José Luis Espert, quien había renunciado tras quedar vinculado al empresario Fred Machado.

Aunque aceptó la renuncia de Espert, Ramos Padilla invalidó el corrimiento de nombres propuesto por el Gobierno, al considerar que la aplicación del artículo 7 del decreto 171/19 sería “inconstitucional”. Con ese argumento, el magistrado dispuso que la lista quede encabezada por Karina Vázquez (Karen Reichardt), dejando a Santilli relegado al segundo lugar y a Gladys Humenuk en el tercero.

La decisión se interpreta como un nuevo movimiento judicial en sintonía con los intereses del kirchnerismo, que busca obstaculizar cualquier fortalecimiento de los espacios opositores en la provincia más poblada del país.

La respuesta del Gobierno: un fallo inédito que confunde al electorado

Desde el Gobierno nacional señalaron que la decisión de Alejo Ramos Padilla es inédita en la historia electoral argentina, ya que el juez declaró inconstitucional un decreto vigente (171/19) que regula los reemplazos y corrimientos en las listas. El Ejecutivo recordó que el artículo en cuestión fue aplicado sin objeciones en múltiples elecciones anteriores y que su rechazo carece de sustento legal y  rompe con la previsibilidad del proceso electoral. Además, remarcaron que el fallo genera un precedente peligroso, al dejar en manos de un magistrado la capacidad de modificar la integración de las listas partidarias según su criterio personal.

Más allá del aspecto jurídico, en  la Casa Rosada interpretan que la resolución busca generar confusión en los votantes, impidiendo que la ciudadanía vea una oferta electoral clara y actualizada. En este caso, Ramos Padilla decidió mantener dos hombres consecutivos en la lista bajo el pretexto de defender la paridad de género, una contradicción que expone el carácter arbitrario y político de su fallo. Desde el Ejecutivo sostienen que  el objetivo es simple: que las personas que renunciaron no figuren en la boleta y que las fuerzas políticas puedan realizar los reemplazos conforme a la ley, garantizando transparencia y claridad en el proceso electoral.

Un juez con historia militante y vínculos K

Alejo Ramos Padilla no es un juez más dentro del sistema judicial argentino. Su trayectoria está marcada por una evidente cercanía al kirchnerismo, tanto por su propio accionar como por su entorno político y familiar.

Hijo del exjuez Alejo Ramos Padilla (padre), vinculado históricamente al peronismo y al exjuez Eugenio Zaffaroni, el actual magistrado de La Plata construyó su carrera en paralelo al ascenso del kirchnerismo judicial. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, su figura ganó notoriedad al impulsar causas contra periodistas y fiscales críticos del poder, en especial la llamada “causa D’Alessio”, con la que intentó instalar el relato del “lawfare” en defensa del kirchnerismo.

Además, Ramos Padilla participó activamente en espacios judiciales y políticos identificados con el kirchnerismo, y ha sido orador en actividades organizadas por agrupaciones afines al peronismo, reforzando la percepción de que su militancia se antepone a la imparcialidad que exige su cargo.

Parcialidad judicial y doble vara

La resolución contra Santilli se suma a una larga lista de decisiones judiciales cuestionadas por su sesgo político. Ramos Padilla ha mostrado reiteradamente una doble vara en el manejo de causas electorales y penales, actuando con rigor extremo contra figuras no alineadas al kirchnerismo, mientras mantiene una tolerancia llamativa ante los casos que involucran a dirigentes peronistas.

En este nuevo episodio, su intervención vuelve a poner en evidencia la falta de independencia de sectores del Poder Judicial bonaerense, que históricamente han funcionado como un brazo protector del kirchnerismo.

Un fallo funcional al poder que dice combatir

Al rechazar la candidatura de Santilli, Ramos Padilla no solo desarticuló una estrategia electoral legítima, sino que además intervino de forma arbitraria en una decisión interna de un espacio político, excediendo los límites de la competencia judicial.

Su fallo, carente de fundamento sólido y plagado de motivaciones políticas, ratifica su rol como uno de los jueces más identificados con el kirchnerismo, capaz de condicionar la vida política de la provincia con decisiones judiciales que favorecen a un solo sector.

Una vez más, Alejo Ramos Padilla demuestra que su despacho opera más como una trinchera partidaria que como un tribunal imparcial, en una provincia donde la connivencia entre justicia y poder político sigue siendo uno de los mayores obstáculos para la transparencia institucional.

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