27.1 C
Buenos Aires
27.1 C
Buenos Aires

Una joven brasileña renunció al modelaje a los 18 años, se volvió monja y ahora es furor en redes como la “hermana Eva”

COMPARTIR

Kamila Rodrigues Cardoso dejó una prometedora carrera como modelo para ingresar a una congregación no afiliada a la Iglesia Católica. Su testimonio se volvió tendencia y abrió un debate sobre espiritualidad juvenil y redes sociales.

La historia de Kamila Rodrigues Cardoso, una joven brasileña de 21 años que dejó atrás el modelaje para abrazar una vida religiosa, generó un fuerte impacto en las redes sociales durante las últimas semanas.

El video que la mostró vendiendo artículos religiosos en las calles de Goiânia, en el estado de Goiás, despertó la curiosidad de usuarios de todo Brasil y motivó miles de comentarios sobre su drástico cambio de rumbo. Hoy, la joven se presenta públicamente como “hermana Eva”, un nombre que adoptó tras ingresar a la congregación Sancta Dei Genitrix.

Antes de convertirse en una figura viral, la chica había comenzado a destacar en concursos de belleza y en el ambiente del modelaje. Con apenas 18 años, recibía propuestas para continuar una carrera en el mundo del espectáculo. Sin embargo, decidió renunciar a ese camino, dejar su hogar y cortar con su identidad pública para sumarse a una vida de silencio, oración y tareas comunitarias dentro de la orden.

 

La congregación Sancta Dei Genitrix no forma parte de la Iglesia católica romana, un aspecto que despertó todavía más interés en torno a su historia. Aun así, la comunidad religiosa ganó notoriedad por su presencia en redes sociales y su énfasis en el trabajo social. En ese marco, la hermana Eva se convirtió en una de sus figuras más visibles, especialmente en TikTok, donde ya supera los 50.000 seguidores. Allí comparte reflexiones espirituales, escenas de su labor diaria y respuestas a las preguntas que cientos de usuarios le envían sobre su vocación.

Su acercamiento a la vida religiosa nació de una crisis emocional profunda. Según relató en entrevistas, la muerte de su padre cuando tenía nueve años marcó un antes y un después en su vida. Aunque el modelaje le ofrecía reconocimiento y proyección, no logró aliviar la ansiedad y la depresión que la acompañaron durante la adolescencia.

Todo cambió cuando se sintió atraída por la vida de oración: comenzó a rezar el rosario, a asistir a celebraciones litúrgicas y a estudiar a distintas figuras religiosas. El punto de inflexión llegó durante una homilía, cuando observó a una monja a la que describió como “radiante”, una imagen que la impulsó a preguntarse si ese era su propio camino.

Hoy, la joven asegura que su vocación se sostiene en un equilibrio entre la disciplina espiritual y el cuidado personal. Según agregó un artículo de AS, no renuncia al maquillaje ni a ciertos hábitos estéticos, porque cree que son una forma de ofrecer “la mejor versión” de sí misma. Con ello busca derribar prejuicios sobre la apariencia y el estilo de vida de las personas consagradas.

La hermana Eva también contó que suele recibir mensajes elogiosos y hasta propuestas de matrimonio en sus redes sociales. Pero afirma que su compromiso está puesto únicamente en Jesús, a quien describe como “su esposo”. Su nombre religioso, Eva, lo eligió en referencia a la primera mujer del relato bíblico, un símbolo de pureza e inicio.

El interés por su historia creció al ritmo de su comunidad online. Usuarios de distintas partes del mundo comparten sus videos, la consultan por temas de fe y se sienten representados por su decisión de abandonar la fama para priorizar un camino espiritual. Su testimonio abre interrogantes sobre las nuevas formas de religiosidad en la era digital, donde la exposición en redes convive con la búsqueda de silencio interior y pertenencia comunitaria.

MAS NOTICIAS