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Murió Liliana Caldini, la ex esposa de Cacho Fontana

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La ex modelo, actriz y conductora Liliana Caldini murió a los 70 años, según confirmaron este lunes desde su círculo familiar.

Nacida el 26 de agosto de 1951, había saltado a la fama a principios de los ’70, cuando con 18 años protagonizó una famosa publicidad de los cigarrillos Chesterfield. Bailaba con la canción Tiritando, un clásico de Donald. De esta forma, se metió en el recuerdo popular argentino.

De minifalda, botas altas, polera adherida al cuerpo, bastó que se acomodara la sedosa melena rubia frente al espejo para hipnotizar a un país con aquel aviso. «Las olas y el viento, y el frío del mar»… sonaba de fondo ese pegadizo tema, mientras la chica encendía un faso y bailoteaba en su living. La cámara  se enamoró enseguida de aquel rostro.

En esa misma época también incursionó en el cine, donde fue parte del elenco de El extraño del pelo largo, de Julio Porter, un filme que cuenta los orígenes del rock argentino y que con los años se convirtió en una obra de culto.

La ex modelo, actriz y presentadora de televisión, Liliana Caldini, en la publicidad de cigarrillos con la que salgó a la fama.La ex modelo, actriz y presentadora de televisión, Liliana Caldini, en la publicidad de cigarrillos con la que salgó a la fama.

Parte del elenco de Los Campanelli, estuvo casada durante 12 años con el locutor Cacho Fontana (Norberto Palese tal como figura en su DNI). Tuvieron dos hijas, las gemelas Ludmila y Antonella. Era abuela de Lucas y Joaquín.

Tras ser figura de tapas de revistas, relegó su carrera y trabajó como productora del famoso conductor. En una entrevista reciente a La Nación, contó que tenían «una relación bárbara» y que con el paso de los años se convirtieron en «buenos amigos». También admitió que estaba dispuesta a regresar a la TV y se animó a hablar de la muerte.

«Tengo miedo a morirme sufriendo», reconoció en ese último diálogo con LN. «Ojo, tampoco me gustaría vivir muchos años. Me gustaría vivir mientras me pueda valer por mí misma».

Con sus gemelas a meses de nacidas, y su pareja de entonces, Fontana.Con sus gemelas a meses de nacidas, y su pareja de entonces, Fontana.

«Si (con Cacho) no hubiéramos tenido a las chicas, el contacto se habría cortado, pero al tener dos hijas juntos, siempre nos mantuvimos comunicados. Y después con los dos nietos ni te digo. Además, como Ludmila vive afuera y Antonella trabaja mucho, a veces yo asumo algunos roles para estar cerca de él si necesita algo».

«Los nietos ​son lo mejor que me pasó en la vida. Son mis edecanes y mis motores», agregaba nostálgica en esa charla de 2021. «Cuando decaigo, están ellos. Están en mi mente y en mi corazón. Lucas tiene 22 años y estudia Economía; Joaquín, de 21, juega al fútbol y hace poco se fue a vivir a Miami. Lo extraño horrores».

La ex modelo, actriz y presentadora de televisión, Liliana CaldiniLa ex modelo, actriz y presentadora de televisión, Liliana Caldini

Antes de la pandemia participó de un programa en Radio Nacional, Todo tiene música. «Hablaba con la mujer de Sandro, venía Roque Narvaja a cantar en vivo, era muy alegre. Todo con música para nosotros, para los de mi generación», detallaba.

Icono de una época, las fotos de los ’70 la devuelven habitué de «templos» de moda como Mau Mau. La mítica discoteca inaugurada el 10 de abril de 1964 tenía lugar para 300 personas y un decorado que incluía sillones tapizados con pieles de cebra, o cabezas de animales embalsamadas. En ese marco, la bellísima rubia era el centro de atracción, entre colegas como Chunchuna Villafañe o Claudia Sánchez.

Soñaba con volver a encontrar una pareja. Y hacía uso del humor cuando contaba su situación sentimental. «Dicen que el amor se encuentra a la vuelta de la esquina, entonces yo debo vivir en una rotonda. Hace muchos años que estoy sola y me encantaría un compañero de ruta».

Se negaba a las cirugías. «Me muero si me hago algo y me convierto en otra persona», confesaba. «¿Viste que hay gente a la que le tenés que pedir la cédula para reconocerla? Y te da pena, porque eran mujeres bellas que no necesitaban hacerse eso».

Cuatro idiomas (inglés, italiano, francés), gran cocinera, melómana y adoradora del baile, contaba que en situaciones domésticas diarias vivía bailando «hasta con el escobillón». No podía dejar su rito, incluso llegó a compartirlo en «centros de adultos mayores durante cinco años», a donde llevaba su alegría mediante un programa perteneciente al Instituto de Previsión Social (IPS).

Icono de una épocaIcono de una época

En Mar del Plata también impulsó en los últimos años «La playa de los grandes», shows con carnaval carioca y más en la playa. La premisa era moverse sin importar la edad y celebrar la vida. «Mi plan es ayudar a los adultos mayores a liberar endorfinas, generar felicidad, pero también a socializar», explicaba. «Quiero que cierren los ojos y se transporten en el tiempo. Y vuelvan con la misma sonrisa al presente».

«Un muchacho que me hizo una carta natal me dijo que en otra vida yo había sido hombre. Un hombre etíope que era como un restaurador de almas», le confió a la periodista Gabriela Grosso. «Me quedó en el tintero hacer un viaje en motorhome, el sueño de mi vida. Me encantaría y nunca lo pude cumplir. Otra cosa pendiente es vivir en la Patagonia: siempre soñé con tener una cabañita frente a un lago». 

En 2019, en Nacional Folklórica (FM 98.7), se dio el gusto de recibir a su amigo cantautor Donald. «Su canción nos unió hace medio siglo. Fue una simbiosis. Yo nunca había hecho publicidad y cuando me convocan, la música de él me hizo bailar. En el colegio me hicieron muchísimo bullying después del comercial», se emocionaba.

«Con Liliana nos unió la RCA», contaba Donald. «Se lanzaba un disco y te daban una pila para ir a repartir a las radios. La empresa me pidió entonces que hiciéramos la repartija de discos con ella. Y al verla a Lili todos nos trataban como reyes, se enloquecían». 

«Hoy voy por la calle y me saludan como si no hubieran pasado el tiempo. Me piden todavía enseñarles el pasito de la publicidad», celebraba la mujer de ojos turquesa. «Pocos sabían que mi papá no me dejaba salir con minifaldas como la de la publicidad. Yo tenía una pollera larga, formal. La usaba arriba de la mini para salir de casa y antes de llegar a la calle se la dejaba a Luisa, la portera del edificio. Ese era mi pequeño secreto».

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