El ataque ocurrió durante la caravana encabezada por el presidente Javier Milei en el municipio que maneja desde las sombras el ladrón kirchnerista, Martín Insaurralde.
Terroristas kirchneristas emboscaron e intentaron asesinar al presidente Javier Milei durante el desarrollo de la caravana encabezada por el mandatario en Lomas de Zamora. El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó que no hubo heridos en la comitiva, aunque varios militantes libertarios resultaron heridos.
El recorrido, organizado por La Libertad Avanza (LLA) como parte de las actividades de campaña hacia las elecciones legislativas provinciales del 7 de septiembre, contó con una masiva participación de militantes que se concentraron para acompañar y expresar su apoyo al presidente.
Sin embargo, militantes de extrema izquierda se acercaron al pacífico evento con el objetivo de generar disturbios y agredieron brutalmente tanto a militantes libertarios como al presidente argentino, a quien intentaron asesinar mediante el lanzamiento de piedras y objetos contundentes contra su vehículo.
El ataque
El mandatario se encontraba a bordo de una camioneta junto a su hermana y Secretaria General, Karina, y el candidato José Luis Espert, mientras transitaban por las principales calles del centro del municipio. También estaba presente el candidato de la Tercera Sección Electoral, Maximiliano Bondarenko.
De manera inesperada, la caravana fue atacada por un grupo de personas que comenzaron a lanzar piedras y otros objetos contundentes contra la comitiva presidencial. Ante la situación, el conductor de la camioneta aceleró para retirar al presidente y a los integrantes de su equipo de la zona de agresión, siguiendo las indicaciones de la custodia policial.
Testigos y militantes presentes en el lugar señalaron que los disturbios fueron provocados por grupos vinculados al peronismo local, bajo la conducción del intendente Federico Otermín, quienes se infiltraron entre los simpatizantes de Milei con el objetivo de generar desorden y violencia. Los ataques no solo afectaron al presidente y a su comitiva, sino que también derivaron en empujones y golpes hacia los militantes libertarios que se encontraban acompañando la caravana.
Según los relatores, el clima de tensión se percibía desde los minutos previos al paso de la camioneta, pero recrudeció en el momento en que la caravana avanzaba por el centro de Lomas de Zamora, con objetos arrojados indiscriminadamente y confrontaciones físicas que obligaron a las fuerzas de seguridad a intervenir.
Los testigos también denunciaron que el intendente kirchnerista de Lomas de Zamora dejó un volquete lleno de piedras y cascotes cerca del lugar para que los violentos kirchneristas le tiren al presidente argentino.
La reacción del Gobierno
En sus redes sociales, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó que no hubo heridos: «Militantes de la vieja política, kirchnerismo en estado puro y un modelo de violencia que solo quieren los cavernícolas del pasado».
«Atacaron con piedras la caravana donde se encontraba el Presidente de la Nación. No hay heridos. Lo único que hay son muchos que van hacia el más absoluto de los olvidos: kirchnerismo nunca más», escribió Adorni.
Por otro lado, tras el atentado a Milei, desde Casa Rosada aseguran que «esa es la Argentina que se termina el 7/9. La Argentina de las piedras y la violencia». También recordaron que el kirchnerismo dejó «53% de pobres a nivel nacional, inflación de 300%, destruyeron la provincia y ahora quieren destruir al único tipo que está cambiando las cosas, que es el presidente Javier Milei».
«Están dispuestos a reventarle la cabeza al Presidente de la Nación con tal de que nada cambie. Están dispuestos a hacer cualquier cosa porque por primera vez se les juega la vida, porque se les termina el sistema que armaron para empobrecer a la gente y amarrocar poder», sentenciaron.
A pesar de los incidentes, la masiva presencia de ciudadanos que concurrieron de manera pacífica a la caravana refleja el respaldo que Milei mantiene en la región, aunque la violencia kirchnerista derivó en la suspensión de la actividad política.
