

El episodio que motivó la acción judicial tuvo lugar en el verano de 2023 en un domicilio particular de calle Alberdi, de la capital rionegrina. En aquel momento, el condenado tenía 29 años y la joven víctima, miembro de la misma congregación que su familia, contaba con solo 15 años.
La sentencia fue dictada el pasado 4 de julio de 2025 y señala que Sisterna se aprovechó de la «inmadurez sexual de la adolescente» y, crucialmente, «de la confianza en él depositada por ser líder de alabanza del grupo de jóvenes del Centro Cristiano Viedma».
Tras reconocer su responsabilidad en un juicio abreviado, el Foro de Jueces, a cargo del juez Guillermo Bustamante, condenó a Sisterna a una pena de 3 años de prisión en suspenso, además del pago de las costas del proceso y el estricto cumplimiento de diversas pautas de conducta.

El fallo del juez Bustamante señala que «el hecho sobre el que fue prestado resulta verosímil, coherente y concordante con la evidencia mencionada en audiencia. Establecida la existencia histórica del hecho imputado, entiendo ajustada a derecho la calificación jurídica acordada por las partes en la audiencia, la que fue descripta y atribuida a Sisterna en carácter de autor y a título de abuso sexual con aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima».
La fiscal Paula Rodríguez Frandsen propuso que la condena quedara firme y no pudiera ser apelada, propuesta que fue aceptada tanto por el condenado como por su abogado defensor, Damián Torres.
Además, Sisterna fue incorporado al Registro Provincial de Condenados por Delitos contra la Integridad Sexual (Reprocoins), un registro público clave para la protección de potenciales futuras víctimas.
Según la sentencia a la que accedió este medio, Sisterna deberá cumplir las siguientes pautas de conducta durante dos años: prohibición de mudarse o ausentarse de su domicilio sin previa autorización judicial, someterse a la supervisión del Instituto de Asistencia de Presos y Liberados (IAPL), mantener una distancia de al menos 200 metros respecto a la víctima y su domicilio, evitar todo tipo de contacto con la joven, y realizar un tratamiento psicológico adecuado.

