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Un hombre mató a puñaladas al pitbull que mordió a su hijo en Caleta Olivia

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Ocurrió en el barrio 3 de Febrero, de esa ciudad santacruceña. Oscar Ernalz contó que atacó al perro con «el cuchillo para los asados con amigos».

Un pitbull atacó a un adolescente en el barrio 3 de Febrero de Caleta Olivia, en Santa Cruz, y el padre de la víctima decidió hacer justicia por mano propia: fue a buscar al animal y lo mató a puñaladas.

El episodio ocurrió el viernes 30 de diciembre, cuando un joven, que el 1° de enero cumplió 13 años, caminaba junto a dos amigos, de 11 y 14. Caminaban por la calle Lidoro Reynoso al 400 junto a un perro cuando un pitbull atacó a uno de los menores de edad, lo tiró al suelo y le mordió el cuello.

La escena no terminó en tragedia gracias a que un hombre que pasaba en su camioneta decidió interceder. Ayudó a los adolescentes y los llevó a sus respectivas casas.

Sin embargo, ese no fue el final. Es que el papá de la víctima buscó al perro que lo había atacado y lo mató con un cuchillo. La violenta secuencia quedó captada por la cámara de seguridad de uno de los vecinos de la zona.

“Hay que tomar conciencia de los perros que la gente tiene sueltos y los dejan en la calle, ese es el pitbull que mordió directo en el cuello a mi hijo, por suerte no pasó nada”, reflexionó el hombre en diálogo con El Caletense.

El relato en primer persona: «Les dije que sacrificaran a ese perro porque si no lo hacía yo»

Oscar Alberto Ernalz recordó el momento en el que se enteró de lo que le había pasado a su hijo: «Me dicen ‘no te asustes, pero a Lionel le pasó algo’. Ahí me cuentan que lo mordió un perro. Cuando veo a mi hijo con el cuello marcado fue algo traumático. Fue un milagro tener ahí a mi hijo, porque nadie termina bien tras un ataque de un pitbull».

«Después de lo sucedido, cuando se entera el vecindario, como nosotros tenemos un grupo de whatsapp, me empiezan a llamar para decirme que ese pitbull ya estaba acostumbrado a morder y nadie hizo nunca nada», advirtió.

Después del ataque y de acompañar a su hijo al hospital a realizarse las curaciones, Oscar fue a hablar con los dueños del perro. «Les dije que tenían que sacrificar a ese perro porque si no lo hacía yo, palabras textuales», contó. La familia dijo que ese perro no era de ellos. «Mentira, pero bueno. Ellos sabrán por qué lo dicen», se quejó y añadió que «todo el mundo se trata de lavar las manos». 

Y continuó: «Cuando estoy hablando con la señora, sale el pitbull desde el patio de esa casa. Los amigos de mi hijo me dicen que ese era el perro. Apenas me vio, el perro automáticamente se me puso enfrente. Lo primero que se me vino a la cabeza es cómo mi hijo se pudo salvar de ese perro. Es algo ilógico».

Sin dudarlo, decidió que el perro «no podía quedar vivo» y fue hasta su camioneta a buscar «el cuchillo para los asados con amigos». «Apenas me doy vuelta, el perro me salta y no me deja de atacar. Por decirlo fríamente, me facilitó el trabajo», recordó. 

«La decisión mía y de cualquier padre hubiera sido la misma. Tenés que ser muy cobarde para hacerte el boludo y seguir el proceso legal que no llega a nada», argumentó.

Por último, Ernalz aseguró que su hijo quedó con «traumas y secuelas» por este episodio. «Yo trato de calmarlos y les digo que no se acuerden del ataque», expresó. 

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